Mujeres que inspiran

A medida que crecemos nos damos cuenta del valor que tienen algunas personas que están a nuestro alrededor, empezamos a darnos cuenta de los sacrificios de nuestros padres, del por qué de sus enseñanzas, y buscamos gente que nos inspire para no bajar los brazos, cumplir nuestros sueños y darle para adelante.

Las mujeres tenemos una vida dura: nacemos, convivimos con estereotipos y mandatos tanto familiares como sociales, nos desarrollamos y cada mes tenemos que lidiar con eso, luego algunas deciden tener hijos y son 9 meses de acarrear una panza enorme con el desenlace final precioso de sacar al niño del útero para darlo a luz, después amamantarlo, cuidarlo cuando llora, vivir con el miedo de que algo malo le pueda pasar… Llega la menopausia, los hijos se van, una queda sola con dos opciones: o hundirse en la depresión pensando que estás de vuelta, o buscar juventud haciendo las cosas que te gustan.

La foto preferida de mamá
La foto preferida de mamá

Una mujer está hecha para soportar el dolor de una forma asombrosa, mientras que un hombre no sé si se bancaría los dolores menstruales yendo a trabajar y tratando de hacer una vida lo más normal posible en el proceso. Y ni hablar de parir un hijo, eso ya es nivel ultra polémico (mirá éste video y matate de risa). Así es como por lo general siempre busco inspiración en mujeres que, como yo, tienen sueños y planes de vida a futuro que han logrado o están en vías de cumplir.

Admiro a las mujeres que viajan, a las que deciden por sí mismas, a las que le plantan cara a los mandatos sociales, a las que no tienen miedo de imponerse por sus derechos. A mujeres valientes que se animan, que se cultivan, que piensan más allá de la ropa de moda y no están constantemente pendientes de su peso porque de otra forma no se sentirían aceptadas. Cada vez que me topo con este tipo de mujeres trato de atesorarlas y nutrirme de su fortaleza para encontrar inspiración en esos momentos en los que me gustaría tirar todo por la borda y quedarme estancada, momentos en los que evalúo entre vivir en la mediocridad (lo fácil) o tratar de explorar el mundo fuera de mi zona de confort (lo difícil) para lograr mis objetivos.

Por eso pienso recapitular algunas de esas señoras mujeres que hace que cada día junte la toalla del suelo y siga trabajando feliz:

  • Mi mamá: obvio, la primera de la lista, la primera que conocí, la más importante. Mamá trabajó de joven en una escuela rural en Chaco, hacía dedo para llegar y a veces se tenía que quedar ahí. Mamá se casó con papá y se mudó del norte norte al sur sur, donde nací yo 10 años después. Mamá estudió lo que quiso, progresó y se capacitó hasta llegar al cargo más alto dentro de su profesión: directora. Mamá no tuvo un camino fácil, cuando nos mudamos de Río Gallegos a Villa Constitución ella no conseguía trabajo, tuvo que luchar para que le den el traslado, la vi llorar, la vi sufrir, la vi sentirse impotente ante las trabas burocráticas del sistema poco ágil que nos rige, y todo esto con un hijo adolescente que estudiaba lejos de casa y una hija chica que recién empezaba a escolarizarse, marido militar trabajando lejos de casa y cuentas a pagar, sobre todo la colegiatura del mayor. Creo ser una de las pocas personas que ha visto a mi mamá muy vulnerable, por eso soy una de las pocas que la entienden cuando se pone mal o se enoja, porque nadie mejor que yo vio todo lo que tuvo que pasar en los pasados 23 años para salir adelante. Mantener un hogar, un matrimonio, una profesión y el autoestima alta no es tarea fácil, pero ella lo ha logrado. Los dos hijos salimos peculiares pero derechitos, el matrimonio aunque con las típicas peleas sigue ahí, la profesión ha culminado de manera perfecta, y el autoestima la trabaja día a día haciendo ejercicio y cuidándose con las comidas de una forma admirable. Mi mamá no es perfecta, pero es la mejor mujer que conozco.
  • Aniko de Viajandoporahi.com: la conocí a través de un amigo bloguero y me quedé. ¡Qué placer leerla! Ella ha viajado sola a lugares a los que yo no me animaría a ir ni loca, no al menos sin alguien que me acompañe. Estuvo en culturas tan distintas a la nuestra que me parece admirable su capacidad de adaptación, pero sobre todo la forma que tiene de contarlo. Ella es comunicadora y su pasión por los viajes se nota a cada párrafo que escribe, porque después de leerla no hay chance de que no quieras agarrar la mochila y salir a comerte el mundo. Su propuesta es simple: viaja despacio pero viaja bien. Ella no es partidaria de los viajes relámpago que te llevan a conocer toda Europa en un mes, sino que prefiere estar un mes en un mismo lugar pero conocerlo a fondo: su gente, sus costumbres, su cultura, su forma de ver el mundo. Aniko saca fotos y las vende a través de su tienda online, pero lo más importante es que sacó un libro llamado «Días de viaje» que es mi objetivo para Navidad. Pasá por su blog, leé sus posts, viajá con ella y te aseguro que no te vas a arrepentir. Te recomiendo estos posts: Reflexiones acerca de vivir viajando, Guía de viajes para humanos, El síndrome de París y el lado oscuro de los viajes, Guía para aprovechar un día de lluvia, Tu trabajo no es tu empleo, Guía para potenciales viajeros y A qué tengo que dedicarme para poder viajar. Pondría más, pero estos son los posts clave.
  • Alicia de Alicia’s Own: al blog de Ali lo encontré hace unos muchos años cuando todavía vivía en mi casa mientras buscaba información sobre París. Loco, ¿no? ¡Ella vive en Londres y yo la encontré gracias a París! El post que leí no fue muy París mon amour pero por su forma de escribir me quedé y leí otros, me envicié leyendo posts hasta que un día mi computadora piró y perdí todos mis favoritos, y con ellos a ella. Me volví loca buscando «teacher in London, profesora de inglés argentina viviendo en Londres, chica de Quilmes en Londres, argentina en Londres, mujer argentina en Londres» y así hasta que por fin la volví a encontrar. Nunca pensé que algún día iba a conocer a la mujer detrás de esas reflexiones mordaces sobre la vida, la farándula, libros, rutina, películas, incluso con recetas de comida. Pero pasó, gracias a internet pude conocer a una mujer espléndida que se animó a mudarse de país (con todo lo que eso implica) y que tan amorosamente nos cuenta a todos sus experiencias. Ella, además, ha viajado mucho (soltera y casada) y nos muestra sus viajes en el blog. Ali ante todo es una mujer fuerte, porque no es fácil afrontar ciertas situaciones estando lejos de casa; ella te muestra esa parte vulnerable que todos tenemos de una forma que no te hace sentir lástima sino admiración. Hablar con Ali es un placer, tiene la voz muy suave y además emana mundo (bah… así le dice mi mamá a la gente que es culta) así que siempre que nos vemos aprendo algo nuevo. Gracias a ella conocí a otras personas encantadoras, pude viajar (sin darse cuenta ella fue el puntapié final para que mis papás me terminaran comprando el pasaje) y pude empezar mi emprendimiento con Belu. Hoy en día Ali es más que una bloguer que sigo, forma parte de esta especie de ciberamigos que traspasan la pantalla y que uno puede abrazar cada tanto. Pasá por su blog y te aseguro que no te vas a arrepentir, además con las reformas ha quedado precioso.
  • Mi amiga Flor: cuando estuvimos paseando en Londres se lo dije, pero en un post como éste ella no puede falta. Con Flor nos conocimos en Act&Art, ella fanática de Disney y sobre todo de La Sirenita, tuvo la posibilidad gracias a su trabajo de viajar a distintos lugares pero principalmente a NYC, donde pudo ver muchos musicales y asistir a una entrega de los Tony Awards. Te imaginarás que cada vez que volvía yo le preguntaba qué le habían parecido, cómo le fue, qué sintió, y ella con toda la paciencia del mundo siempre respondía a todas mis preguntas con una sonrisa. Flor tenía el objetivo de desarrollar su carrera en el exterior y lo hizo, con ayuda de sus padres fue a estudiar a Sheffield (UK) y ahora está trabajando de lo suyo en Londres y en Wicked (uno de los mejores musicales de la última década). Con esfuerzo y tenacidad ella consiguió cumplir sus objetivos, arriesgó mucho al dejarlo todo para irse pero también ganó. Gente como ella me demuestra que si uno lucha por lo que quiere las cosas se dan, que nada es imposible, que quizás uno puede tener algo a favor (como el pasaporte europeo) pero incluso si todo está en contra las cosas tarde o temprano se van a dar. Con ella había hablado mi decisión de ahorrar y ahorrar hasta poder pagarme un curso de teatro musical, así que ella fue una de las primeras personas que se enteró sobre mi nueva carrera. Flor es una persona amorosa que siempre está con una sonrisa, y conmigo ha demostrado ser muy generosa a pesar de que no estamos hablando todas las semanas ni somos muy íntimas. Agradezco haberme topado con ella, porque cada vez que siento que no voy a poder o que algo es muy difícil, me acuerdo de la charla que tuvimos en Trafalgar Square y dale nomás Aya a poner la toalla al hombro y seguir.
  • Mis abuelas: las dos son grandes mujeres que han tenido que pasar por cosas tremendas y sin embargo ahí están, firmes como rulo de estatua dándole pelea a la vida. Mi abuela Lula vive en Chaco, donde nació mi papá, y por mucho tiempo vivieron en el campo en condiciones un tanto precarias; el año pasado tuvo que afrontar la muerte de mi abuelo luego de una larga enfermedad y aunque cuidarlo a él la debilitó un poco al final siguió, se sanó y hoy está bien. Ha criado tres hijos propios y a los hijos de algunos parientes, ha vivido la muerte de su única hija con una fuerza admirable, demostrando mucha entereza ante semejante desgracia. Con mi abuela Lula he tenido poco contacto, principalmente por la distancia, pero siempre que nos vemos ella es muy amorosa conmigo, hace los ñoquis caseros más ricos que puedas probar y además hace chipa. Me hubiera gustado tener más contacto, sentir más ese cariño abuela-nieta, pero no puedo culpar a mis padres por haberme criado lejos ni tampoco por no haberme llevado tan seguido, cosas de la vida hicieron que esto haya sido así. Mi abuela Yoli es la que siempre estuvo cerca porque casi toda la vida vivió al lado de casa, por eso cuando dicen «abuela» a mí se me viene ella primero a la mente. Mi abuela Yoli, junto con mamá, es mi ejemplo de mujer y de lo que quiero para mi vida familiar. Está casada con mi abuelo desde hace más de 50 años y se tienen un amor que es inmenso, inexplicable, maravilloso. Yo digo que son simbióticos, porque si mi abuela se va mi abuelo la sigue y viceversa. Han tenido sólo a mi mamá, así que la familia por ese lado es chica, y han vivido bien pero sin lujos gracias a la fábrica y a las farmacias. Mis abuelos son farmacéuticos de oficio, y los recuerdos de sus años laborales son inagotables. Mi abuela ha perdido hermanos, a su papá primero y a su mamá después, sufrió un ACV el año pasado que la dejó con movilidad reducida en las piernas aunque sin mayores secuelas, y todo lo afrontó con fortaleza. Una mujer de 80 años no se recupera de un ACV así como así si no es fuerte por dentro, y ella lo hizo, nos demostró a todos que puede y aunque es un poco vaga ha salido adelante. Yo la admiro tanto, tanto. Cuando era más chica nos peleábamos porque yo veía que ella «quería» más a mi hermano, pero ahora no me importa a quién quiere más, me importa tenerla a ella. Cuando era más chica me aburrían las viejas anécdotas que ya me sabía de memoria, hoy lloro ante la posibilidad de que me las dejen de contar. Cuando vuelvo a casa aprovecho a visitarla, arreglarle las uñas, charlar, mostrar fotos, escucharlos, porque ellos necesitan sentirse queridos y yo los quiero mucho. Mis abuelas son un gran ejemplo de mujer, tengo el privilegio de tenerlas a las dos y espero que por mucho tiempo más, porque el amor es inmenso y hoy puedo valorarlo.

Estas son algunas de las mujeres que a mí me inspiran, hay más y probablemente escriba sobre ellas más adelante, pero hoy me sentí en la necesidad de hacerles un pequeño homenaje a estas seis mujeres que me ayudan, consciente o inconscientemente, a vivir mi vida lo mejor posible.

¡Gracias a todas por formar parte de mi vida!

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