Qué decir de Wicked que ya no se haya dicho… Cautiva a amantes y detractores de los musicales, es perfecto por donde se lo mire, contiene todos los ingredientes para ser un buen musical y aunque depende mucho de sus intérpretes, si lo ves con unos medio pelo igual te va a encantar el conjunto.
Wicked cuenta la historia de las brujas de Oz, Elphaba (la «mala») y Glinda (la «buena») antes de que Dorothy llegara y surja la historia de El mago de Oz. ¿Por qué pongo los adjetivos entre comillas? Porque la maldad y la bondad en ellas es muy relativa, ninguna es totalmente buena o mala, y al ver el musical vas a entender por qué.
Lo lindo de Wicked es que más allá de ser una historia ficticia, te hace pensar en cómo juzgamos a la gente por su color de piel, sus gustos, su forma de plantarse en la vida, mucho antes de llegar a conocerla (incluso sin darnos la posibilidad de hacerlo). Elphaba no siempre fue mala, tuvo una vida bastante triste sin el amor de su padre y sin la comprensión de la gente que la rodeaba, hasta que en la escuela y por cosas de la vida Glinda se da la chance de tratarla (aunque con un muy mal comienzo) y se vuelven buenas amigas.

Por otro lado, Glinda no siempre es buena y, como todos, comete muchos errores. Al comenzar el musical se muestra una Glinda creída, superficial, tonta, pero va madurando a medida que transcurre la historia, y mientras ella se «abuena», Elphaba se hace más mala. Aunque yo no la calificaría como mala, sino como alguien que se hartó de que la boludeen, la aparten, la juzguen y la menosprecien tan sólo por el hecho de ser verde.
Cuando al principio dije que depende mucho de sus intérpretes me refería a que dada la exigencia vocal y actoral del musical, si los protagonistas son flojos lo vas a notar y puede que hasta te moleste, principalmente porque Elphaba (si no está bien encarada) puede gritar mucho y Glinda, por el contrario, si suena muy pop a mi gusto queda feo. Yo tuve la fortuna de ver a una de las mejores Elphabas que ha tenido la historia de Wicked, tan buena es Willemijn Verkaik que interpretó el rol en Alemania, Holanda (su país natal), Nueva York y Londres. Como Glinda vi a Savannah Stevenson, quien fue sencillamente adorable y tan british en su forma de encararla que me encantó.

Algo que noté en esta puesta británica es que los actores mantienen el acento, no lo modifican al americano para quedar igual a la versión original. En Glinda no me molestó para nada pero en Boq sí, su «let’s daaaaance!» me cayó un poco como un balde de agua fría, pero la verdad que es una nimiedad al lado de lo que es el resto de la puesta que es excelente. Nada que objetar, hasta Jeremy Taylor como Fiyero me gustó (y eso que tengo sentimientos encontrados con este personaje).
Willemijn es increíble, mantiene la voz pareja hasta que la rompe zarpado en Defying Gravity y en No good deed. Es como si economizara la voz para darle con todo a los dos temas en los que sabe que se va a lucir, y en verdad es ma-ra-vi-llo-sa. Actoralmente es muuuy buena, vocalmente es alucinante, ¡y se mandaba 8 funciones seguidas (esto confirmado por mi amiga que trabaja ahí y la veía)! Eso no lo hace cualquiera, y yo la vi un viernes, o sea con 5 funciones atrás, y estaba fresca como lechuga.

En su momento, Wicked triunfó y llamó la atención porque no sólo surgió en el momento adecuando en una época en la que Broadway tenía más revivals que producciones originales, sino porque además contaba (y cuenta) con todos los condimentos que necesita un buen musical: buen libreto, buena partitura, buena coreografía, buen vestuario, buena escenografía, buenos efectos especiales y buen elenco. Cuando todo es bueno nada puede fallar (pobre Tusam, acá no aplica su famosa frase), y efectivamente en Wicked nada falló.
El elenco original estaba compuesto por Idina Menzel (conocida actualmente por ser la voz de Let it go) y Kristin Chenoweth (conocida actualmente como April Rhodes en Glee), ambas son reconocidas por su labor tanto en musicales como en cine y tv, pero para mí siempre van a ser Elphaba y Glinda respectivamente, porque son las primeras que escuché y las que me enseñaron a amar Wicked.

Así que aunque no esté más Willemijn como Elphaba te invito a que veas este musical, ya sea que estés en NYC o en Londres, porque la verdad que vale la pena y te aseguro que te va a gustar. He visto cerca de mi butaca a padres con cerveza en la mano y cara de «¡pucha, me tengo que fumar esto!» que al salir estaban más entusiasmados que sus hijos. O sea… eso te dice todo. Wicked atrapa, ¡así que dejate llevar a Emerald City y disfruta de sus verdosos habitantes!
Muy buen post Aya!!! Concuerdo con vos en la mayoría de cosas que decís sobre el musical. Wicked si bien transcurre en un mundo imaginario, no comprobable, nos brinda una reflexión como seres humanos ante lo dura que puede ser la sociedad cuando percibe algo «diferente» o que se sale de los standards convencionales. No es difícil traspasar la historia de Wicked a lo que vivimos cotidianamente, pareciera una de esas ficciones que están tan lejos de la realidad pero sin dudad está mas cerca de lo que pensamos. Creo que todos tenemos un poco de Elphaba y un poco de Glinda dentro y es eso lo que genera automáticamente empatia con el publico. Wicked sinceramente no era un musical que me llamara demasiado la atención antes de verlo, pero cuando lo vi quede impactado, por la puesta, la escenografía, la música, pero sobre todo por su historia. Tuve la suerte de verla con Willemijn también y coincido, es una de las mejores Elphabas sino es que la mejor. La volví a ver hace poco como te contaba el otro día, con otra actriz que no le llegó ni a los talones, tan es así que no recuerdo el nombre jajaja! Pero sin embargo volver a ver este musical fue volver a disfrutar de todo lo que implica WICKED, la vería una y mil veces más!
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