El primer día de exploración en Londres me llevó al Royal Albert Hall sin haberlo planeado. Era uno de los puntos obligados a visitar pero como no había diagramado qué ver qué día, fue una sorpresa haberlo tenido tan cerca a la primera «explorada» de la ciudad.
Salimos con Vicky temprano desde Paddington después de un café y caminamos hasta el Victoria & Albert Museum del que próximamente hablaré, estuvimos ahí un buen rato caminando y disfrutando de cada sala porque es una más interesante que la otra, y cuando salimos caminamos un poco para que yo pueda comprar la Oyster Card. Terminamos yendo al RAH y como ella tenía tickets para ver Les Mis hice la visita guiada sola.

El Royal Albert Hall se encuentra en South Kensington y fue ideado por el Príncipe Alberto como un espacio para las artes y las ciencias, aunque luego fue nombrado como lo conocemos actualmente por la Reina Victoria en memoria de su fallecido esposo. Él es un orgullo para el teatro, porque fue quien impulsó el desarrollo y la expansión de las artes y la ciencia para todos los miembros de la sociedad, no sólo para aquellos con dinero para acceder a museos y teatros. Alberto quiso llevar el conocimiento a las masas, por eso creó una Gran Exposición en donde se impulsó la educación del pueblo y su enriquecimiento cultural.


Justo frente al teatro se encuentra el Albert Memorial, un monumento imponente y llamativo, con demasiada decoración para mi gusto pero muy merecido dado el gran legado que dejó su homenajeado. Toda esa zona de Hyde Park fue el lugar en donde se llevó a cabo la Gran Exposición, y cerca de esa zona están ubicados algunos de los museos más representativos de la cultura británica y, por qué no, mundial.

El tour duró 1 hora y nos llevó por los corredores llenos de fotos de todas las variadas formas que puede tomar el teatro, llegando al antiguo ingreso cuando entrar la escenografía era todo un desafío, pasando por el auditorio, el palco real y la sala de descanso de la realeza, hasta llegar a la parte más alta.
El teatro es hermoso e imponente por donde se mire. Todo en él tiene historia, todo cautiva y más si quien te cuenta su pasado es un apasionado del lugar para el que trabaja. Nuestro guía se llamaba Adam, era por demás simpático y tenía muchas ganas de relatarnos no sólo la historia del RAH sino su apreciación personal al respecto. Sin dudas, ese chico ama el teatro y te contagiaba su entusiasmo con cada palabra. Yo saqué mi lado nerd y me quedé al lado suyo toda la visita, preguntando cosas y sacándome dudas incluso cuando nadie preguntaba nada. Me contagió su energía y yo estaba chocha de estar ahí así que hubo roto para el descosido.

Como no se podía sacar fotos dentro del teatro me dediqué a disfrutar, a grabar todo en la memoria, a llorar. A cada paso que daba alguna lágrima me traicionaba, y es que no podía creer que después de tanto soñarlo por fin estaba ahí, en el lugar donde tantas cosas pasaron, donde fue la función del 25 aniversario de Phantom, donde tantos artistas habían dejado huella. ¿Cómo no emocionarse cuando estás frente al mismo escenario en el que estuvieron casi todos tus artistas favoritos? ¡Es imposible!
Encima cuando entramos a la sala estaba una orquesta ensayando la canción Viva la vida de Coldplay y al terminar Adam nos dejó quedarnos sentados un rato para disfrutar Someone like you de Adele. Es el día de hoy, a casi 4 meses de ese momento, que sigo llorando al escuchar ambos temas. Cierro los ojos y se me viene ese momento, sentada al lado del palco real cuya distinción era una corona, mirando alrededor el teatro vacío, sólo los artistas y nosotros. Y tantas imágenes, tantos años soñando con estar sentada ahí y que esté pasando. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, y sin tener alas volé porque estaba en ese lugar.
En la sala de descanso de la realeza estaban los sillones que usan en el palco real, así que seguramente me senté en algún sillón donde la reina o alguno de sus herederos posó sus pompas. Ahí hay cuadros de todos los reyes desde la reina Victoria. Después subimos unas escaleras y vimos un cuadro suyo de cuando tenía 19 años, uno de los pocos en los que se la ve vestida de blanco y rojo (mayormente hay cuadros suyos con el luto que llevó toda la vida después de la muerte de Alberto). También hay uno del príncipe a los 22 años, justo 20 años antes de su fallecimiento.
Cuando estábamos subiendo las escaleras finales hacia lo más alto del teatro sonaba Eye of the tiger, ¡me sentí Rocky! Adam hizo un chiste y todos nos tentamos, fue un momento muy descontracturante. Una vez arriba el guía nos contó que las placas con forma de ostra que hay en el techo se pusieron para mejorar la acústica, por eso ahora es perfecta. Y en verdad que lo es, porque desde donde estábamos parecía que a la orquesta la teníamos al lado, se escuchaba excelente.
Pero todo concluye al fin y llegamos al final del recorrido. Fuimos a una sala en donde nos mostraron un video con las diferentes formas que puede adoptar el teatro: desde una cancha de tenis hasta un escenario circular con agua alrededor para Madame Butterfly. Increíble la versatilidad del auditorio, cuando ves todo lo que se puede hacer ahí adentro te quedas con la boca abierta. Es como un Luna Park un poco más grande, más antiguo y bueno… diferente.
Te dejo un sitio web sobre el detrás de escena en el Royal Albert Hall por si te interesa saber más, y no dudes en visitarlo si tenés oportunidad porque vale la pena, es todo un ícono: http://life.royalalberthall.com/wall/
Yo hubiera muerto por subir al escenario… ver la platea desde ahi debe ser los mas imponente de todo, lloré cuando subi al opera, ahi debe ser… guauuuu
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Debe ser alucinante! Si yo lloré de tan solo estar en uno de los palcos, pisar el escenario directamente me habría destruido!
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