No me quiero quedar sin material para el blog así que los posts relativos a mi viaje vendrán despacito, suavemente. Sin embargo, voy a empezar tratando de desmitificar una ciudad que, antes de viajar, me daba bastante curiosidad porque mucha gente me decía «está fea, sucia, huele mal, la gente es desagradable», entre otras cosas que mejor olvidar.
París esta catalogada por todo el mundo como la ciudad del amor, y no es que no lo sea peeeero no me pareció tan fabulosa y extremadamente romántica como muchos de los que han visto la película Medianoche en París pueden llegar a esperar. De todas formas no me pareció que dicha ciudad esté pasando por un apocalipsis, no me resultó ni fea ni sucia ni mal oliente y la gente (en su mayoría) estuvo lejos de ser desagradable.
Sin embargo tengo una teoría al respecto: si vas a Londres antes que a París, ésta última te va a chocar para mal. Londres es tan perfecta (sin miedo a exagerar) que es fácil acostumbrarse a ella y a su gente, por lo que tu llegada a París va a ser fuerte. Si vas en tren en el Eurostar lo primero que vas a ver es una Gare du Nord un tanto descolorida, llena de locales y con unas chicas con fotocopias que van a querer a toda costa que les firmes una petición para vaya a saber Dios qué causa.

Obviamente lo primero que tenés que hacer es convertirte en bruto, ciego, sordo y mudo, porque estas muchachas hablan cuanto idioma piensen que vos hablás, y a veces con la excusa de preguntarte la hora te terminan embaucando. OJO, al principio te vas a sentir mal pero después vas a ver cómo operan y vas a salir huyendo. Te roban, suave y delicadamente pero lo hacen, así que lo primero que tenés que hacer es irte.
Cuando llegué a Gare du Nord me moría por ir al baño, tenía hartas ganas (como dirían los chilenos), y por eso caí en la trampa de tener que pagar el cospel más caro de la historia para poder acceder a un baño que, por lo que costaba, yo me esperaba digno de la realeza y era apenas mejor que uno de los que me encuentro en una estación de servicio acá en Argentina. Dos euros por menos de 5 minutos, un afano. Encima la mujer que estaba a la entrada era de lo más mala onda, se quejaba todo el tiempo y si no tenías cambio justo pobrecita de vos.
Después del episodio del baño fui a comprar los tickets de transporte, medio perdida porque tenía que cambiar mi cerebro a idioma francés. Por 13.70 te dan 10 tickets que sirven para usar en el subte, colectivos urbanos y el RER para salir de París. Atento con esto: el ticket de regreso a París con el RER lo tenés que comprar aparte y sale 3.50. Y si vas a estar un fin de semana, por 4.50 podés comprar un ticket del día que te sirve para todos los medios de transporte (misma condición que te comenté arriba) y te ahorrás unos cuantos euros.


Consejo de amiga: no siempre confíes en Google Maps. Chequeá con un mapa de la ciudad o fijate si el sitio web del hostel o lugar al que vayas a hospedarte tiene alguna recomendación acerca de cómo ir, porque a mí Google me dejó a 15 cuadras y, al no entender muy bien francés, tardé fácil 45 minutos en ubicarme. Si a eso le sumás la lluvia y que la gente no habla muy bien inglés, mi humor iba descendiendo a niveles insospechados. Recuerdo haber dicho «¡para qué m»#$% vine acá si estaba tan bien en Londres!» y en cada cuadra que faltaba repetía «odio París, odio París».



Unos días antes de viajar entré a Booking.com y busqué un hostel barato para quedarme 6 noches. El primero que saltó fue Justabed en el barrio Malakoff por 144 euros en total. Buen negocio así que reservé. Mi idea original era hacer Couchsurfing pero no encontré un host adecuado, todos eran hombres con fines sospechosos y la única familia que había me respondió que justo en esa fecha iban a estar de viaje.
Como recomendación te aviso que siempre que vayas a reservar un hostel/hotel/loquesea vayas a TripAdvisor y te fijes qué dicen otros viajeros respecto del lugar. Eso te va a evitar sorpresas o te va a preparar para las cosas malas que puedas llegar a ver si tu presupuesto (como a mí) no te permite cambiar de hospedaje. Yo cometí un error al entrar a TripAdvisor después de haber reservado, aunque bastante bien me fue a pesar de eso.




Las reseñas de Justabed no eran muy buenas, mucha gente se quejaba de que estaban sucios los baños, los cuartos no eran cómodos y el servicio no era bueno. Lo más llamativo (y para lo que fui precavida) fue que a uno de los viajeros al pagar con tarjeta de crédito le cobraron doble porque se hicieron los pillos, y después no le querían devolver el importe extra. Sabiendo ésto yo fui con efectivo y así me evité problemas.
En sí el hostel no es la gran cosa, pero por el precio poco me importaba. Lo encontré limpio y cómodo, aunque creo que tuve suerte porque de la pieza de al lado salía un olor cada vez que abrían la puerta que ¡mamadera! Pero en mi cuarto no, el colchón era súper cómodo, mis compañeras eran muy buena onda, el baño estaba dividido porque las duchas y el inodoro estaban en cuartos aparte, y en general la experiencia es positiva por lo que lo recomiendo.

Lo bueno del hostel es que está a 5 cuadras de la estación de subte Rue Étienne Dolet de la línea 13. Desde ahí combinás según los lugares a los que quieras ir, así que pedí en la boletería de la estación que te den un mapa y con eso te ubicas rapidísimo. Incluso si no sabés francés (como es mi caso) te vas a ubicar, porque en cada parada se avisa por altoparlante y hay casi en todos los subtes una pantalla que te indica en qué estación estás.
Un mundo aparte son las estaciones de subte, todas tienen alguna particularidad y son dignas de ver a pesar de que, dependiendo del horario, a veces pueden estar sucias y con olor a pis. Esto no pasa siempre, y no es muy distinto de lo que cualquier habitante de la Ciudad de Buenos Aires no haya visto acá, así que no se me hagan los glamorosos porque en comparación el subte de París es mucho mejor y más eficiente que el nuestro.
Repito: si venís de Londres es lógico que encuentres esos detalles desagradables, incluso si sos una persona más o menos limpia el olor a pis y la mugre te van a molestar, pero no son una constante.
París es muy linda, muy particular, tiene cosas que a mí no me gustaron como por ejemplo lo descuidados que están algunos edificios públicos, y la similitud con Recoleta sumada al carácter de la gente me hizo sentir que había vuelto a Buenos Aires en muchos aspectos.
En París la gente tiene una forma de ser más latina, más sanguínea, se quejan, se pelean, hablan gritando (a veces), son más cariñosos entre sí, se saludan con besos, te sonríen con la misma intensidad con la que te putean, pero en general son buena onda. Al menos a mí me atendieron bien en todos los lugares a los que fui, y si no fueron muy simpáticos tampoco me trataron mal así que no me puedo quejar.
La experiencia que vayas a tener con París depende de las expectativas que tengas y de la onda que le pongas al viaje. Si vas esperando poco y tu predisposición es baja, obviamente tu experiencia final va a ser un fiasco. Si vas esperando demasiado y tu predisposición es muy alta, probablemente te lleves una decepción. Andá tranquilo, pensá que en todos lados hay gente simpática y gente arisca (excepto en Londres, jejeje), tratá bien y no esperes que el otro siempre sea tu ángel salvador. Intentá ser autosuficiente hasta que no puedas más, pero cuando te encuentres con una persona dispuesta a ayudarte no la trates mal porque se va a ofender.



Esto no sólo en París, en la vida misma deberías aplicarlo. Sólo que París es tan particular, tan única, y vas a recibir tantos comentarios a favor y en contra que es altamente recomendable que sí o sí te manejes de esa forma. Tené en cuenta que París no es lo que vemos en las películas, que muy probablemente te toquen días lluviosos (como a mí) y poco sol, aunque si tenés suerte la cuidad sabe de su encanto al atardecer y al menos en mi caso siempre paró de llover a las 6 de la tarde para darme una vista de la ciudad tan encantadora que es ahí, en ese instante, en el que decís «pucha que vale la pena estar vivo» y vas a amar París.
Por último te paso otro tip: andá de noche a la Torre Eiffel. De día es una estructura enorme de hierro color marrón, pero de noche es magia pura. Yo la tuve que subir a pie (hasta el 2do nivel) y aunque me dan miedo las alturas lo hice y no me arrepiento. La vista es preciosa, la emoción de llegar es grande, la ciudad se ve encantadora, aunque seguramente vas a estar esperando ver algo en lo que estás parado: la torre.
Y finalmente (sí, parezco Los Chalchaleros, no termino más) si podés te recomiendo subir al Arco del Triunfo. Es empinado, las escaleras son angostas y al estilo caracol, tenés que ir despacio pero la vista es im-pre-sio-nan-te. Al arco subí al atardecer y tuve una de las vistas más bellas de la ciudad, se ve muy lejos, se ve la torre, se ve Sacré Coeur, se ve todo. Y de yapa: no hay tanta gente como en la Torre Eiffel 😉
Amo paris tiene tanto para conocer, tenía los mismas malas referencia que vos y al final nada que ver, y no hace falta hablar francés, con un poco de manejo de ingles ya está. La gente muy buen predispuesta, saludos!!
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Primero que nada gracias por pasar! A mí me tocó gente tan copada que no sé si es un mito o es una cosa estacional eso del mal humor de los franceses, o depende de quién los trata, no sé XD Habrá que volver para comprobarlo jaja!
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