Mi cabeza, mis problemas

¿Viste esos momentos en que no sabés qué querés pero sentís que te falta algo? Es horrible, nunca en mi vida me sentí tan perdida. Tengo muy en claro qué cosas no quiero para mi vida, pero me frustra demasiado no saber exactamente qué es lo que quiero, y me desespera porque no sé hacia adónde apuntar mis objetivos.

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Me molesta que la gente mayor me diga «ay de qué te preocupas si sos chica todavía». Me preocupo porque me molesta no saber exactamente lo que quiero, cuando toda mi vida fui muy precisa con mis decisiones. Cuando estaba en la secundaria sabía perfectamente qué quería estudiar y dónde quería hacerlo. En mi vida siempre tuve en claro qué esperaba de mí y siempre fui en busca de mis metas, las cumplí y sentí la enorme satisfacción de haberlo conseguido.

Pero ahora, en este preciso momento, no sé qué quiero. Terminar la carrera me desorientó, porque era mi máximo objetivo y ya lo cumplí. Siempre quise enfocarme en el arte pero hasta ahora no encuentro el coraje para hacerlo, no sé por qué, ganas no me faltan pero no me siento lista. Sumado a que por mi trabajo y por el viaje próximo no me puedo poner a gastar en clases.

Sé que tengo muchos años por delante, que todavía soy muy joven como para saber qué voy a hacer de acá a 20 años, pero me molesta estar en este limbo. El trabajo ya no me satisface, todo a su alrededor me resulta incómodo, no es lo que yo soñaba hacer cuando terminase la universidad.

A veces pienso que de haber renunciado cuando quise hacerlo podría haber hecho alguna pasantía más relacionada con comunicación y hoy podría aspirar al trabajo que quiero, pero no me puedo quedar con lo que podría haber pasado porque claramente no pasó y no lo voy a poder cambiar. Mi trabajo me dio muchas cosas lindas, entre ellas la oportunidad de conocer a gente que admiro, me hizo más fuerte en cuanto al carácter y me ayuda día a día a ejercitar la paciencia. Pero ahora ya no me da nada, sólo dolores de cabeza y ganas de irme a cualquier lado en vez de estar ahí.

Realmente me gustaría saber qué quiero para mi futuro, no quiero seguir perdiendo el tiempo en un trabajo que no me satisface, con gente que no llena ni me hace sentir bien, en un lugar donde sé que no puedo aspirar a más que al puesto que ya tengo, no me alienta a superarme y no se valora el esfuerzo que uno hace.

Quiero y necesito otro lugar, quisiera saber exactamente cuál para poder ir por eso. Me siento perdida, como si estuviese en un campo sola, rodeada de todo pero a la vez de nada, porque no sé para qué lado correr, no sé qué dirección tomar, no sé si jugarme por algo que quiero, porque no sé qué quiero.

Extraño a mi familia, estoy en contacto constante con ellos pero igual los extraño. Hace más de un mes que no veo a mis abuelos, hace más de un mes que no duermo en mi cama, que no veo a mi perro, quiero ir a mi casa porque sé que voy a estar un mes muy lejos de ellos. Pero por mi trabajo no puedo ir y eso me molesta.

Lo único que sé que quiero es un trabajo de lunes a viernes de 9 a 18 con feriados y fines de semana libres. Quiero estabilidad, poder darle una rutina a mi cuerpo y no seguir jodiéndome el metabolismo. Necesito la rutina que antes tenía, no sé si estudiar otra cosa pero sí cambiar de aire. Me siento ahogada, no me gusta, no estoy bien.

Esta semana que pasó me agarró una contractura fuerte en la zona lumbar que me impedía caminar bien, ¿te pensás que a alguien de mi trabajo le importó? Todos los días que fui a trabajar tuve que recorrer el aeropuerto con un fuerte dolor en la cintura porque no me quedaba de otra, terminé el viernes en la guardia traumatológica con un diagnóstico de distensión muscular. Hoy tengo que ir y nuevamente me tocó recorrida, ¿te parece justo?

Necesito encontrar nuevamente mi rumbo, mi meta, sacar ganas para hacer. Cuando estaba en la universidad estaba feliz porque sabía qué era lo que quería y cuál era mi objetivo. El cansancio no me frenaba, no vivía durmiendo, no estaba encerrada todo el día, vivía más que ahora que no tengo otra cosa que hacer que mi trabajo. Necesito encontrar a esa Ayalén que era de más chica, porque esta que soy ahora no me gusta, me molesta.

Yo no era así, yo siempre supe lo que quería de mi vida, siempre fui muy decidida. Cuando era chica yo les pedía a mis papás que me llevasen a inglés, portugués, natación, danza, actuación, canto, al curso de arte. Mi mamá iba y venía conmigo y nunca me obligaron a nada, todo lo que hacía era porque yo quería hacerlo, y en el colegio tenía muy buenas notas, era una de las mejores de mi clase, escribía, participaba en concursos de literatura, estaba siempre activa y feliz.

Hoy soy una chica de casi 23 años que se siente a la deriva, cuya única expectativa es un viaje próximo que estoy segura que me va a ayudar, pero del que tendré que volver y retomar esta rutina laboral que tanto me disgusta. No me gusta tener toda la vida por delante si no sé con qué la voy a llenar.

No entiendo cómo hay gente que vive sin aspiraciones, que no tienen metas. Pero lo que menos entiendo es qué le pasó a esa chica que fui, que tenía muchos sueños, que tenía muchas ganas de explorar el mundo y cantar y bailar y actuar. Creo que esa chica se apagó el día que dejé de actuar, ese día de diciembre en que decidí renunciar a lo que más amé y amo en el mundo por un trabajo que hoy me hace sufrir.

Porque en diciembre de 2010 fue la última vez que me subí a un escenario, que actué, bailé y canté, que sentí esos hermosos aplausos, que vi a mis papás llorar emocionados, que escuché de mi mamá decir que nunca deje de hacer eso. Y yo dejé, por un poco de plata y experiencia laboral, experiencia que hoy me está comiendo por dentro.

Quizás no puedo retomar eso porque me duele haber dejado mi gran amor por esto. Extraño mucho, mucho, MUCHO estudiar teatro musical, pero tengo una traba que no me deja animarme a volver. Y necesito volver, porque nada fue más lindo en mi vida que ver gente de pie aplaudiéndome.

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